Espionaje y libertad, lecciones que dejó el escándalo Watergate

Cada vez más común en el mundo: el espionaje, transformado ahora en ciberespionaje. Recuerda el significado del escándalo Watergate para el mundo.

Hoy es el Día Mundial de la Libertad de Prensa, fecha en la que se recuerda e impulsa la libertad e independencia de los medios de comunicación. Es justo recordar el escándalo Watergate, el mayor hecho político del siglo XX, que terminó con el único presidente estadounidense obligado a renunciar, Richard Nixon.

Pero, ¿por qué recordar esta fecha y cómo nos afecta? La respuesta es el espionaje. El escándalo Watergate no sólo acabó con la vida política de un presidente, sino que también puso al descubierto toda una red de vigilancia que marcó un antes y después en la política norteamericana.

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Desde el escándalo de los Papeles del Pentágono, detallando la implicación de EE.UU. en la guerra de Vietnam, pasando por el caso Watergate, hasta las revelaciones en 2010 de Wikileads. Todos estos casos parecen tener al espionaje como protagonista y, cada, vez con mayor ayuda de la tecnología.

Demás está decir que el escándalo Watergate inició uno de los capítulos de investigación más fascinantes y estudiados por las escuelas de periodismo de todo el mundo. El aporte de Carl Bernstein y Bob Woodward, periodistas del Washington Post, fue crucial para ayudar en las investigaciones de este caso.

Escándalo Watergate, el ocaso de Nixon

En la madrugada del 17 junio de 1972, Richard Nixon vio como sus intenciones de pasar a la historia como un gran estratega, terminaron por hundirlo. Su renuncia en vivo quedó plasmada en la retina y consciencia de millones de estadounidenses.

Como cuenta la historia, aquel día, cinco hombres fueron detenidos tras ingresar al edificio Watergate, que funcionaba como la oficina del Comité Nacional del Partido Demócrata. Ellos estaban equipados con micrófonos, herramientas fotográficas y otros mecanismos de espionaje para obtener archivos de los demócratas.

 Esta captura terminó por implicar a Nixon, sobre todo, porque él ordenó tales actividades. Además, él mismo utilizó un sistema simple de grabación activada de voz, es decir, realizó grabaciones de manera absoluta, captando todo lo que sucedía y llegaba a la Casa Blanca.

¿El resultado? Los cinco hombres fueron juzgados y condenados, y Nixon fue implicado en el caso, el cual incluía actividades de fraude, espionaje, sabotaje, escuchas telefónicas y sobornos.

Espionaje, nada nuevo.

Pero el espionaje no es nuevo. Según apuntan los especialistas políticos, los gobiernos de todo el mundo realizan esta práctica, ya sea para salvaguardar los intereses de la Nación o para saber lo que planean otros gobiernos. ¿Se justifican, entonces, estos espionajes?

Actualmente, el espionaje dio lugar al ciberespionaje, uno de los cuatro puntos en los que se subdivide un ciberataque. Y las herramientas tecnológicas actuales ayudan y mucho; basta recordar la denuncia de los programas de vigilancia masiva de Estados Unidos revelados por el ex agente de la CIA, Edward Snowden.

Sin embargo, estos programas ya han comenzado a practicarse de manera evidente hacia los propios ciudadanos de un país, y ejemplos existen. Aquí, señalamos una de las cintas grabadas por Nixon en la que se escucha “bombardea a esta gente, no importa cuántos mueran”, lo que evidencia tener una consciencia clara sobre este tipo de hechos y su juego en los derechos humanos.

Ante estas amenazas a la libertad de las personas, se hace indispensable la adopción de herramientas tecnológicas por parte de la población para preservar su privacidad. Al fin y al cabo mantener nuestros datos a salvo es nuestra responsabilidad.