Capital humano exige gestión de talentos

La gestión de talentos y la administración del capital humano en una organización se han convertido en una herramienta fundamental.

La gran diferencial actual dentro de las organizaciones es el capital humano. Todo ser humano es dotado de uno o más talentos que los distinguen de los demás. Los talentos son habilidades que se destacan de acuerdo con los padrones delimitados por la organización, diferencias de competencias, que vienen de fuera y que son aprendidas y perfeccionadas de acuerdo con los pre-requisitos de la función.

Aunque los estudios consideren el conjunto CHA (Conocimiento, habilidades y actitudes) con una misma importancia, en la práctica percibimos que las actitudes direccionan el conocimiento y las habilidades rumbo a un desempeño que puede ser o no adecuado a los intereses de la organización.

“Los conocimientos y las habilidades pueden ser adquiridos o desarrollados. Las actitudes, en general envuelven deseos, creencias y valores que son producto de toda una historia de vida,  y por lo tanto mucho más difíciles de ser moldeados en función del interés de la organización” (Suzana B C Saravia 2008:39).

La competencia es “tomar la iniciativa” y “asumir la responsabilidad” del individuo frente a situaciones profesionales con las cuales se enfrenta. Esa formalización enfatiza lo que cambia fundamentalmente en la organización del trabajo: acción lejos de reglas rígidas y estrictas, la apertura de espacio para la autonomía y la automobilización del individuo.

Equipo de PSafe Tecnología en dinámica grupal

Uno de los grandes distintivos competitivos de la gestión por competencias es adoptar un sistema de administración más efectivo, alineando su capital intelectual con su estrategia de negocios, facilitando el desarrollo profesional de todos los colabores implicados, obteniendo resultados favorables y agregando valor para la empresa e individuos.

El modelo de gestión debe ser un estímulo permanente para que los profesionales puedan, cada vez más, potencializar sus competencias  y se anticipen a las necesidades y a los desafíos de la organización y del mercado. Para eso, debe favorecer además de ofrecer herramientas para el perfeccionamiento, evolución personal y profesional.

Envolver verdaderamente a todos los miembros de un equipo para que se mantengan colaboradores y socios exige que se establezca un ambiente en que las personas talentosas puedan convivir y desarrollarse, con respeto, valorización, reconocimiento y oportunidades. También que existan canales de comunicación abiertos en todos los niveles, es decir que haya una real preocupación en percibir y aumentar constantemente los factores generadores de satisfacción para todos.

Ese lugar es aquí…

Sobre Julia Motta:

“Soy posgraduada en Gestión de Personas por la Fundación Getulio Vargas (Río de Janeiro). Poseo diversos cursos en el área, pero confieso ser apasionada por el arte de la gestión. Columnista de canales online y propietaria de un blog, descubrí que gracias a la escritura puedo compartir mis percepciones. Tricolor y apasionada por la playa, soy gestora de Recursos Humanos de la empresa latinoamericana PSafe Tecnología con mucho orgullo”.