¿Internet en todo el mundo? Una tarea aún pendiente

En el mundo aún existen lugares en dónde internet no existe, en ciertos casos forzados, paradójicamente, por la mano del propio hombre.

El mundo antes de internet. ¿Recuerdas cómo era nuestro planeta antes que señales y redes lo invadieran por completo, creando un ciberespacio en el que se acortan distancias, consigurando la famosa “aldea global”? Pues en el mundo aún existen lugares en dónde internet no existe, en ciertos casos forzados, paradójicamente, por el propio hombre.

Lugares de difícil acceso como las profundidades del mar o la cueva Krubera en Georgia con sus 1,710 metros de profundidad son algunos ejemplos de zonas libres de internet, así como algunas islas cercanas al continente antártico o el corazón del desierto del Sahara.

A esto hay que sumarle las zonas que le han dicho no a internet por decisión propia, y se mantienen vírgenes y aisladas del mundo externo como algunas tribus de América del Sur, Nueva Guinea e India.

Sin embargo, las grandes compañías de internet estás decididas a extender esa telaraña por todo el mundo. Google, por ejemplo, utilizará satélites para lograr ese objetivo, el cual, según el diario estadounidense The Wall Street Journal, le costará una inversión de más de US$ mil millones.

Según indica la publicación, la compañía enviaría alrededor de 180 pequeños satélites de gran capacidad, que orbitarán a una menor altura que los satélites convencionales. Cabe indicar que los cables de fibra óptica constituyen el núcleo de internet y atraviesan mar y tierra, mientras que las conexiones móviles dependen de las torres de telefonía celular con un alcance considerable, y los satélites son el medio más lento para conectarse, pero es la única opción para quién está lejos.

Facebook por su parte también quiere contribuir con este objetivo. Con el uso de ‘drones’ y nuevas acciones como la reciente adquisición de la startup Pryte de Finlandia, que busca incorporarla al proyecto internet.org y proveer de internet a las regiones en desarrollo del planeta, cuyas poblaciones no pueden acceder al servicio por los altos costos del servicio.

Aquí vale la pena analizar cuál es el porcentaje real de personas que aún no conocen nada de internet, sea por restricciones o censura en su país, guerras, conflictos o bajos recursos económicos. Lo cierto es que internet, salvo por restricciones del propio hombre, ahora sí será complementamente global.